"Nos sentimos comprometidos a hacer todo lo que podamos para mantener la moneda
común", palabras de la canciller alemana Angela Merkel en su visita a tierras canadienses. Una vez
finalizadas sus vacaciones, la líder alemana se prepara para vivir un mes de septiembre intenso y, tal
como han hecho otros cabecillas europeos, aprovecha la tranquilidad de agosto para lanzar
mensajes al vuelo que abran el camino de futuras decisiones. Con sus palabras, Merkel no hizo
otra cosa que apoyar las ya históricas declaraciones de Mario Draghi, presidente del Banco Central
Europeo (BCE), en las que aseguró que la institución bancaria haría todo lo posible por salvar
al euro.
Unas declaraciones, las pronuncidas por Merkel, con las que se podría entender una aprobación
tácita a la compra de deuda española e italiana por parte de los fondos de rescate. Un hecho que
ocurriría tras una petición formal de ambos países.
Por el momento, ante la ausencia de
movimientos, Merkel se ha limitado a recordar que los responsables de la Eurozona ya mostraron su
compromiso con la moneda única en el momento que comenzaron los problemas en Grecia. Un
compromiso que, no obstante, está fuertemente ligado a la condicionalidad que exige la acción
política. "Es simplemente una condición previa para un desarrollo positivo en la zona del euro", ha
asegurado la canciller.
Mayor credibilidad
En su visita a Canadá, un país modélico para Merkel, ha defendido la posibilidad de que Europa
tuviera un mayor poder de intervención en aquellas naciones en las que no se trabaja lo
suficiente para mantener los criterios de estabilidad financiera, uno de los principales problemas
que se encuentran los inversores europeos a la hora de mantener la confianza de los extranjeros.
"Tenemos que aprender a utilizar el dinero que ya hemos dado a fondos estructurales, a utilizar ese
dinero de forma más eficiente en el futuro", ha matizado.
A través de estas palabras, Merkel ha vuelto a sacar a la luz una serie de pretensiones que no
gustan en muchos países europeos, ya que no terminan de comprender el hecho de que sea
Alemania el país que lleve la voz cantante en la situación europea actual. Joachim Gauck, presidente
alemán, ha tenido que salir al paso de este tipo de críticas asegurando que su país no tienen ninguna
"pretensión de dominio".
Segín Gauck, tanto su nación como sus vecinos de Austria han conseguido mantener un buen nivel de
"solidez y fiabilidad" gracias a los compromisos de austeridad que adoptaron en el pasado, una
estrategia que ahora quien "compartir con los demás
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