Durante las últimas décadas, EEUU se ha autoconsiderado el líder tecnológico mundial. Sin embargo, es probable que China ahora esté cerrando la brecha en una variedad de sectores, desde el de los drones y el de los vehículos eléctricos, hasta el de la minería de datos y el de los teléfonos inteligentes.
Debido a las dudas acerca de la demanda de los vehículos eléctricos de Tesla y acerca de la gobernanza corporativa de Elon Musk, su fundador, a raíz de la compra de SolarCity por parte de Tesla, algunos gestores de fondos en Shanghái están experimentando un regocijo lleno de anticipación. Ellos esperan que BYD, el fabricante chino de automóviles eléctricos, se beneficie.
Los gestores de fondos tienen fe en BYD a pesar de que sus acciones son costosas —se negocian a 40 veces las ganancias— y sus beneficios dependen parcialmente de las subvenciones y privilegios estatales, tales como la licencia gratuita disponible para los vehículos eléctricos.
"La revolución de los vehículos eléctricos va a ocurrir primero en China", dice Zhang Wei, fundador de Yuanhao Capital Management en Shanghái, quien tiene una prominente posición en el mercado.
"La primera señal es que la oferta no puede satisfacer la demanda", indicó Zhang en su carta de mediados de julio dirigida a los inversores al explicarles su tendencia alcista. "La segunda señal es la tecnología de punta. Ellos tienen su propia batería, (mientras que Tesla depende del fabricante japonés Panasonic). Sus baterías son más baratas y más avanzadas. La tercera señal es que los intereses de la gerencia están alineados". Por otra parte, Zhang señala, la compañía ha introducido un plan de propiedad con un precio de ejecución 30 por ciento superior al precio actual del mercado.
El sector de los vehículos eléctricos no es el único en el que los chinos están haciendo incursiones. El invierno pasado, Palantir —la empresa estadounidense de minería de datos privada con sede en Palo Alto, California— llevó a cabo una visita a Asia y recibió una cálida recepción. De hecho, fue mucho más cálida que la que había recibido recientemente en su propio mercado, obteniendo fácilmente una valoración de más de 20 mil millones de dólares.
Pero, al mismo tiempo, los capitalistas de riesgo en China están invirtiendo en prominentes firmas de datos de su país similares a Palantir. Un ejemplo de esto es Sequoia Capital China, la cual está respaldando a Fourth Paradigm, una empresa en Beijing cuyo fundador, aun sin haber estudiado en EEUU, cuenta con la confianza típica de una nueva generación de especialistas en inteligencia artificial de la China continental que lo capacita para criticar el modelo de negocio de Palantir y explicar por qué el suyo es superior.
Entre las ventajas de estas empresas "startup" chinas se cuenta el acceso a una mayor cantidad de datos que los de sus contrapartes estadounidenses. "A China le puede ir por lo menos tan bien como a EEUU porque la inteligencia artificial requiere datos y China tiene más datos", dijo el fundador de Fourth Paradigm.
En otras áreas, tal como la de los drones, China ha superado a EEUU. Además, muchas de sus empresas de tecnología financiera son más diversificadas e interesantes que sus contrapartes estadounidenses.
En ciertos aspectos, la brecha entre EEUU y China continúa siendo considerable. El buscador de Baidu, por ejemplo, se considera tan mediocre que se ha convertido en una desventaja competitiva para China en comparación con Google, el cual sigue estando prohibido en la China continental.
Los decepcionantes resultados financieros de Baidu la semana pasada reflejan dificultades más serias que las críticas que recibió este año después de que un joven muriera de cáncer tras haber recibido un dudoso tratamiento médico anunciado en los resultados de búsqueda en línea. Lo que es más, los acuerdos mediáticos actualmente se efectúan en su mayoría de una sola forma: contenido proveniente del Occidente a cambio de la audiencia china.
La tecnología en China está experimentando una corrección, aunque no en la misma medida que en EEUU, lo cual constituye una razón por la que principalmente Palantir organizó una visita a Asia.
Mientras que los beneficios industriales en China han aumentado durante los últimos tiempos, después de contraerse en 2015, los beneficios de los equipos de computadoras, de comunicaciones y de otros equipos electrónicos liderados por los teléfonos inteligentes aumentaron casi un 20 por ciento, según los últimos datos de JPMorgan. La consolidación entre compañías del Internet también está ayudando a la rentabilidad en el sector tecnológico de China.
Parte del entusiasmo chino por las empresas tecnológicas estadounidenses proviene del hecho de que los chinos tienen más fe en el dólar que en su propia moneda. Es probable que eso no cambie en un futuro próximo, pero la fe de los inversionistas de China continental en su propia tecnología probablemente seguirá creciendo.
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