El índice general de la Bolsa de Valores de Londres batió un récord al alcanzar los 7.129,8 puntos sobre el mediodía de este martes, impulsado por la caída de la libra esterlina, que ha descendido un 4% en los últimos días.
Tras el récord, la subida del índice principal FTSE-100, que agrupa a las principales empresas que cotizan en el parqué londinense, se moderó y sobre las 11.30 GMT ganaba 30,19 puntos, el 0,42%, y se colocaba en 7.127,69 puntos.
El fuerte ascenso respondió, según los expertos, a la fuerte caída sufrida por la libra pues su debilidad ha ayudado a las exportaciones de muchas empresas La libra perdía hoy en el mercado de Londres un 0,83 % frente al dólar hasta 1,226 dólares, mientras que retrocedía el 0,30 % ante la moneda europea hasta situarse en 1,106 euros.
La depreciación de la moneda británica responde, según los expertos, al temor de los inversores por la posibilidad de que el Gobierno británico opte por un "brexit duro", una salida de la Unión Europea (UE) sin acceso al mercado único, lo que supondría la imposición de tarifas altas en la comercialización con el bloque europeo.
Desde que los británicos votaron por el "brexit" en el referéndum del pasado 23 de junio, el FTSE-100 subió un 12,5%, mientras que la libra se depreció un 18 % frente al dólar en ese mismo periodo.
Además, los comentaristas destacaron que la libra continuó hoy su caída después de que la prensa publicase un informe sobre la fuerte pérdida de recaudación fiscal que sufriría el país si no consigue mantener el acceso al mercado único, lo que le obligaría a depender de las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) para comerciar con el continente.
Una caída tan importante de ingresos puede obligar al Gobierno a reducir el gasto público o subir los impuestos, según los analistas.
La primera ministra británica, Theresa May, ha indicado que activará el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que establece unas negociaciones de dos años sobre los términos de la retirada de la UE de un país comunitario, antes de finales del próximo mes de marzo, por lo que el Reino Unido estaría fuera en 2019.
May no ha querido decir si tratará de mantener el acceso al mercado único pero ha recalcado que cumplirá con el control de la inmigración, visto como la principal razón detrás del voto a favor del "divorcio" de Bruselas, lo que ha hecho pensar a los inversores que optaría por un "brexit duro".
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