El yuan, también conocido como renminbi, se suma al dólar, el euro, el yen y la libra esterlina en la canasta de monedas que el FMI utiliza como un activo internacional de reservas.
Esta decisión es un "hito importante en la integración de la economía china al sistema financiero mundial", dijo la jefa del FMI Christine Lagarde.
"También es un importante reconocimiento a los progresos hechos en los últimos años por las autoridades chinas para reformar el sistema monetario y financiero" del país, afirmó.
La decisión del Comité Ejecutivo del FMI, que representa a los 188 países miembro de la entidad, es un espaldarazo al objetivo de Pekín de darle al yuan su lugar entre las principales monedas del mundo.
La incorporación del yuan a la canasta de monedas será efectiva desde el 1 de octubre de 2016. Sin embargo el FMI ya determinó que su peso en la canasta será mayor que el del yen y la libra esterlina.
Con la moneda china, la cesta del FMI se compondría con 47,7% para el dólar, 30,9% para el euro, 10,9% para el yuan, 8,3% en yenes y 8,09% en libras esterlinas.
China, la segunda mayor economía del planeta, pidió el año pasado al FMI que integrase al yuan a la canasta de monedas que conforman los Derechos Especiales de Giro (DEG).
Sin embargo el yuan era entonces visto como demasiado controlado por el gobierno como para incorporarlo. Ahora fue considerado ajustado a los criterios del FMI.
Los DEG son el instrumento monetario del FMI que sirve, por ejemplo, para estimar las tasas de interés de los préstamos que concede.
Los países miembro pueden también utilizarlos para afrontar obligaciones ante el FMI o también para ajustar sus reservas monetarias.
La incorporación de la moneda china a la canasta era esperada desde comienzos de noviembre cuando expertos del FMI dijeron que Pekín había dado los pasos necesarios para la libre circulación del yuan. Lagarde apoyó ese reconocimiento.
Lagarde dijo que ahora espera que China siga avanzando en su apertura hacia la economía mundial.
"La continuación y profundización de esos esfuerzos generarán un sistema financiero internacional más robusto que, a su vez, dará apoyo al crecimiento de China y de la economía mundial", dijo Lagarde.
El Banco Central de China dio pasos hacia la liberalización de la circulación del yuan. Su inesperada devaluación de agosto fue bien recibida por el FMI que la consideró como un avance hacia el objetivo de que fluctúe según las fuerzas del mercado.
Además, Pekín anunció el miércoles pasado que un grupo de bancos centrales admitió al yuan en sus mercados de divisas lo cual estimula la internacionalización de esa moneda.
- Desafíos chinos -No todo está aún resuelto para China. Sus autoridades monetarias tendrán que enfrentar desafíos ahora que el yuan logró el reconocimiento del FMI como moneda de reserva.
El Banco de China está presionado a ser tan transparente como sus pares, como ser la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco Central Europeo.
Lagarde dijo en una conferencia de prensa, que el FMI trabajó "muy duro" para tomar la decisión anunciada este lunes.
Enfatizó que el FMI seguirá vigilando a todas las autoridades monetarias responsables de las cinco monedas de la canasta de la entidad.
La integración y peso de cada moneda en los DEG es revisada cada cinco años. La última vez que hubo cambios en la cesta fue en 2000 cuando el euro reemplazó al marco alemán y al franco francés.
La admisión del yuan tuvo el beneplácito de Estados Unidos, principal socio de los 188 países del FMI.
Hasta no hace mucho, Washington acusaba a Pekín de mantener al yuan deliberadamente bajo para sacar provecho comercial.
En octubre, el departamento del Tesoro de Estados Unidos moderó su posición y dijo que los esfuerzos de Pekin por reducir los controles sobre el yuan "permanecen por debajo una adecuada valuación a mediano plazo".
La decisión del FMI, incluso, puede causar enojo en el Congreso de Estados Unido en el contexto de la campaña hacia las elecciones presidenciales del año que viene.
Una y otra vez, el Congreso se ha rehusado a ratificar la reforma del FMI del año 2010 que daría un mayor peso en la entidad a China y otras cuatro potencias emergentes: Brasil, Rusia, India y Sudáfrica.
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