martes, 3 de noviembre de 2015

Angus Deaton “La redistribución a través de impuestos, con una carga a los más ricos, me parece razonable”



En esta entrevista, realizada por Francisca Guerrero para elmostrador.cl, el premio Nobel de Economía 2015, Angus Deaton, economista de la Universidad de Princeton, opina que una redistribución tributaria, cargando impuestos a los más ricos, le parece razonable como alternativa para reducir la desigualdad.

Francisca Guerrero (FG). ¿Cómo recibió este reconocimiento?
Angus Deaton (AD). Nosotros creemos que la visión que tiLa verdad, un premio como este siempre es una sorpresa. Uno escucha rumores de quién podría recibirlo cada año, pero al recibir la llamada, a las 6:00 de la mañana, fue de todas maneras una gran noticia. En lo personal, es algo muy importante, no dejo de estar sorprendido y agradecido.

FG. ¿Cuál es su lectura respecto a un Nobel de Economía que premia investigaciones en torno a la pobreza, bienestar y desigualdad?
AD. Es realmente grandioso que se entregue un Premio Nobel en este asunto en particular. Es un incentivo para que alrededor del mundo más personas se dediquen a estudiar la pobreza de una manera muy seria, lo cual siempre es bienvenido.

FG. ¿Es utópico pensar con terminar con la pobreza en el mundo?
AD. Esa es una pregunta realmente difícil de responder. Lo que sí tenemos claro es que podríamos abordar la pobreza mucho mejor a como lo hemos hecho hasta ahora. Podemos aspirar a niveles de pobreza mucho menores a los que vemos en la actualidad. Hay que tener presente que todavía la encontramos en todo el mundo; incluso en países ricos, como Estados Unidos, hay personas pobres. Claro, la naturaleza de esta pobreza no es la misma que vemos en India, por ejemplo, pero eso mismo nos habla de que podríamos reducir la pobreza de muy diversas maneras.

FG. ¿Qué país es un modelo en la reducción de la desigualdad?
AD. Hemos visto que en algunos países de Europa han sido capaces de reducir de manera importante la desigualdad. Sin embargo, en los últimos años esta ha aumentado en todo el mundo y esos países no son ajenos a esta situación. Es difícil pensar en un país modelo en estos momentos. Además, cada país tiene que ver las políticas adecuadas a su propia realidad. No hay una receta única para la desigualdad, porque la comida es diferente en Chile, India u otro país.

FG. Considerando que hay países pobres con bajos niveles de desigualdad y otros con un mejor nivel de desarrollo pero más desiguales, ¿existe un nivel óptimo de desigualdad?
AD. Hoy no contamos con la capacidad de calcular cuál sería el nivel admisible de desigualdad, pero ciertamente existe uno, porque es imposible pensar en un país en el que no exista en absoluto la desigualdad. Ciertamente, es algo en lo que la investigación debiese avanzar.

FG. La redistribución a través de la recaudación de impuestos, una de las ideas que impulsó la Reforma Tributaria en Chile, es una de las alternativas que se plantean para reducir la desigualdad ¿qué opina al respecto?
AD. Creo que es una fórmula que puede funcionar, pero insisto en que esto no se trata de una receta. Cada país tiene que decidir las políticas de acuerdo a las características de su sociedad, economía y de la propia desigualdad que experimenta. De todas maneras, la redistribución a través de recaudación de impuestos, con una carga a los más ricos, me parece razonable.

FG. ¿De qué manera la crisis actual está impactando los niveles de desigualdad a nivel mundial?
AD. La desigualdad venía aumentando desde mucho antes de la última crisis. Claro está que favoreció su aumento, pero el origen del fenómeno es previo.

FG. ¿Qué es entonces lo que causó el incremento al que se refiere?
AD. Si doy una respuesta certera a esa pregunta ganaría otro Nobel (ríe). Las razones son bastante diversas: incentivos en la banca mundial, políticas sociales inadecuadas, entre otros factores. De todas maneras, siempre depende de la situación que enfrenta cada país.

FG. A propósito del debate presidencial demócrata en EEUU, ¿cree que se debe avanzar en una mayor regulación de Wall Street?
AD. Absolutamente. Después de la crisis se avanzó en regulación, pero ciertamente queda mucho camino por recorrer al respecto.

FG. ¿Qué regulaciones consideraría pertinentes?
AD. Las regulaciones concretas que se requieren las desconozco, no es mi materia de expertise. Lo que sí está claro es que muchos de los incentivos que se entregan en Wall Street y la riqueza que acumulan ejecutivos, no tienen ningún valor social. Ciertamente ayudan a aumentar la desigualdad.

FG. Usted dijo que en América Latina es donde peor se mide la pobreza, ¿por qué?
AD. El principal problema en América Latina es que las encuestas sobre la pobreza se concentran excesivamente en los ingresos, sin considerar su complejidad. Su modelo de medición es anticuado. Es fundamental que se comprenda lo crucial de la medición, por lo que una de las prioridades debiese ser mejorar las herramientas. Solo con una medición correcta podemos pensar en las soluciones apropiadas.

FG. En función de aquello, ¿cuál debería ser el foco en una encuesta de pobreza?, ¿cómo abordar la complejidad de la que habla?
AD. El punto es que no debiese ser un solo foco. No es que no se deba considerar el ingreso, que ciertamente es muy importante, pero este debe ser estar asociado a los precios. Se debe dar cuenta de qué puede comprar una persona con el ingreso determinado, a partir de lo cual no solo habrá diferencias entre países, sino que también al interior de estos. También se debe dar cuenta del acceso de las personas a educación y salud, que son aspectos centrales en materia de desigualdad.

FG. Justamente, en Chile se está llevando a cabo una reforma educacional, focalizada en el sector público y en el acceso gratuito al nivel superior, ¿Cree que ese el camino que debemos seguir para avanzar en la materia?
AD. Yo fui formado en la educación pública, por lo que me resulta razonable que si hay problemas en torno a la materia uno de sus focos sea la educación pública. No tendría mucho sentido impulsar políticas hacia la educación privada. La gratuidad universal debe ser resuelta por cada país, considerando sus prioridades y las necesidades fundamentales de su sistema de educación.

"El principal problema en América Latina es que las encuestas sobre la pobreza se concentran excesivamente en los ingresos, sin considerar su complejidad. Su modelo de medición es anticuado”

"La desigualdad venía aumentando desde mucho antes de la última crisis. Claro está que favoreció su aumento, pero el origen del fenómeno es previo”

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