En el parámetro referente al marco propicio, Chile obtuvo un
puntaje de 2,00, ocupando el sexto lugar detrás de Nicaragua. Le
fue especialmente bien en los tres indicadores que comprenden
políticas y regulación, y está dentro del promedio regional tanto
en lo referente a precio atractivo como en las expectativas del
tamaño del mercado. Sin embargo, consiguió un puntaje general
bajo en el Parámetro I debido a su pobre desempeño en la categoría
de penetración de energía limpia.
Chile es un pionero en la liberalización del sector energético y
fue uno de los primeros países de la región en poner en práctica
un mandato de energía limpia. Además de un requisito de tener
el 5% en energías renovables (se prevé un aumento de 0,5%
anual hasta 2025) Chile ofrece incentivos fiscales para éstas. Los
expertos en políticas consultadas para este estudio consideraron
el marco chileno de la política energética limpia como moderadamente
ambicioso y exitoso.
Esto está a punto de cambiar si Chile
aprueba una propuesta que restablecería la obligación de un 20%
para el año 2025. Mientras que los precios promedio de energía
en Chile están cerca del promedio regional, los precios en el
norte son más altos debido a la dependencia del gas natural y la
alta demanda de las empresas mineras. El país cuenta con 843 MW de energía limpia instalada, lo que representa
6% de su capacidad total. Las instalaciones de capacidad
de energía limpia crecieron 11,4% entre 2006 y 2011, y la generación
lo hizo a un ritmo similar. Con una tasa de electrificación del
97%, es poco probable que las oportunidades para el despliegue
de mercado de la energía limpia se centren en la ampliación del acceso
de energía para los ciudadanos. Por el contrario, se supeditará
a que Chile mantenga un fuerte crecimiento de su demanda
interna de energía.
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