RESUMEN
Brasil emerge como líder indiscutible de la primera edición del
Climascopio, con una puntuación global de 2,64. El país obtuvo
unos resultados excelentes en los cuatro parámetros que sirven
para calcular el resultado final del estudio, y en ningún caso terminó
en una posición inferior a la segunda. Brasil empequeñece a
los otros países de América Latina y el Caribe, en términos de población
y de PIB. Esta diferencia abismal ayuda y al mismo tiempo
perjudica al país en cuanto a su puntuación global. Ello explica
por qué Brasil obtuvo una excelente puntuación en el Parámetro
III, al disponer de tantas piezas de las diversas cadenas de valor
de la energía limpia.
Sin embargo, en el Parámetro II – inversión y
financiación – pierde puntos, ya que el cálculo se obtiene al poner
en relación la inversión en energía limpia con el PIB.
De 2006 a 2011, Brasil consiguió atraer a compañías y proyectos
centrados en generar energía limpia, por valor de $70.000
millones, la mitad de los cuales se destinó a biocombustibles. Sin
embargo, desde 2011 los proyectos eólicos han ganado a los
biocombustibles y han conseguido atraer una inversión valorada
en $8.800 millones. Es muy probable que la energía eólica se
mantenga a corto plazo como el sector líder de Brasil, debido a
las subastas inversas organizadas por el gobierno para contratos
eólicos, a los incentivos fiscales, a la financiación local barata y a
una sólida cadena de valor en tecnología eólica.
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