Las investigaciones de más de 60 congresistas en funciones, incluidos los jefes de la cámara baja y los dos principales partidos de la coalición gobernante sacudieron el congreso, amenazando con desestabilizar un programa de reforma de Temer que se considera crucial para la confianza del mercado.
El real se debilitó hasta los 3,1509 contra el dólar durante la jornada del miércoles, profundizando una caída cercana al 2 por ciento en poco más de una semana (ayer cerró en 3,105 por dólar).
"Este episodio llegó en un momento muy importante para el Gobierno de Temer, exactamente cuando está tratando desesperadamente de aprobar reformas importantes en el congreso, incluida la reforma de la seguridad social, la reforma de la legislación laboral, una ‘tímida’ reforma tributaria y la reforma política", dijo David Fleischer, politólogo de la Universidad de Brasilia, en una nota.
Las investigaciones se refieren a denuncias de que Odebrecht, el mayor grupo de construcción de Brasil, pagó a políticos de todos los partidos a cambio de ayuda para la obtención de contratos gubernamentales y cambios legislativos favorables.
Descrito por el Departamento de Justicia de Estados Unidos como un "esquema incomparable de soborno y manipulación de licitaciones", Odebrecht ha entrado en un acuerdo de culpabilidad con los reguladores en virtud del cual 77 ejecutivos, incluido su exdirector, Marcelo Odebrecht, han acordado proporcionar información a los fiscales a cambio de indulgencia.
El caso Odebrecht es parte de una amplia investigación de corrupción, conocida como Lava Jato, sobre sobornos en la compañía petrolera estatal Petrobras, la cual contribuyó a la caída de la entonces presidenta Dilma Rousseff el año pasado y ha reconfigurado el paisaje político de Brasil.
A pesar de que ya han tomado el testimonio de Odebrecht, los fiscales tuvieron que esperar la autorización del Tribunal Supremo para comenzar las investigaciones específicas sobre las acusaciones contra los políticos.
En Brasil, sólo el Tribunal Supremo tiene la potestad para autorizar las investigaciones de políticos en funciones, incluidos los congresistas y los ministros.
Entre los ministros citados para investigación se encuentra Eliseu Padilha, el poderoso jefe de personal de Temer, quien es responsable del paso de la reforma de pensiones por el congreso.
También serán sometidos a investigación los ministros de relaciones exteriores, agricultura y comercio, y el secretario general de la presidencia, Moreira Franco, quien guía el ambicioso programa de inversión en infraestructura de Brasil.
En el congreso, más de una cuarta parte de los senadores, incluyendo al exlíder del senado, Renan Calheiros, han sido citados para su investigación, mientras que el líder de la cámara baja del congreso, Rodrigo Maia, también será investigado.
La mayoría de los políticos mencionados en las investigaciones declinaron comentar inmediatamente o protestaron su inocencia.
El presidente del PSDB, el senador Aécio Neves, está entre quienes enfrentan el mayor número de investigaciones independientes, pues su nombre se menciona en cinco casos separados.
El juez del Tribunal Supremo encargado del caso, Edson Fachin, también remitió 201 casos adicionales para investigación a los tribunales inferiores, incluyendo los de los expresidentes Fernando Henrique Cardoso, Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff. Todos han declarado su inocencia de cualquier irregularidad en el pasado.
Los políticos que ya no ocupan sus cargos, como los expresidentes, pueden ser investigados por los tribunales inferiores.
Lula da Silva y Rousseff enfrentarán a Sérgio Moro, el recio juez en la sureña ciudad de Curitiba, quien ha dirigido las audiencias de Lava Jato ante la corte.
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