A esa conclusión llega Eduardo Sarmiento, director del Centro de Investigaciones Económicas (CIE) de la Escuela de Ingeniería Julio Garavito, en declaraciones reproducidas por el portal especializado de El Economista, de México. Esta fue su reacción, ni bien se conoció de la efímera detención de Lula, el pasado viernes: “Él era una persona muy importante e influyente, esta medida va a tener repercusiones en América Latina y va a reducir un poco la confianza”.
Se refirió así al delicado tema de la inversión extranjera en la región, de acuerdo con la web mexicana, que apunta un párrafo sumamente preocupante: “De llegar a hacerse realidad este pronóstico, Latinoamérica se mantendría en una zona de convulsión de la cual no ha podido salir, pues según el último informe publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) sobre inversión extranjera, los países de la zona continúan disminuyendo la atracción de capital a sus naciones”.
La Cepal y AL
Según ese informe de la Cepal, “las entradas de Inversión Extranjera Directa (IED) alcanzaron en 2014 los 158,803 millones de dólares, una caída de 16.4% en comparación con 2013”.
El escepticismo de los mercados internacionales por el comportamiento de los países de América Latina se alimenta con las variaciones, siempre con tendencia a la baja, de la proyección del PIB de este año según el punto de vista de organismos tales como, por ejemplo, el Banco Mundial.
Si bien se confirma que las economías de Perú y Bolivia presentarán números positivos en cuanto a crecimiento (el primer país subiría de 2.8% en 2015 a 3.4% en 2016, y el segundo mantendría el 4.5% del año pasado), otras economías como la de Brasil y la venezolana sufrirán un retroceso.
La contracción brasileña
El PIB de Brasil, la principal economía de Latinoamérica, se contrajo un 3.8% en 2015. Se trata del mayor retroceso desde 1990.
Así, marcó el negativo dato de tener el ritmo de crecimiento económico más bajo de todos los países del G-20 y una de las mayores tasas de inflación, de 10.7 por ciento.
Lula, en desgracia
Se descuenta que la solicitud de prisión preventiva contra el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva alimentó todavía más el nivel de incertidumbre, tanto dentro como fuera del 'gigante sudamericano'.
Lo que preocupa, sobre todo, es el estado de desconfianza de los inversionistas extranjeros para entrar a ser parte no solo de la economía brasileña, sino de todas las naciones de América Latina.
Dilma, ¿la víctima?
Mientras reaparece el fantasma de la depresión económica, Dilma Rousseff descartó en las últimas horas su eventual dimisión. “Creo que solicitar mi renuncia es reconocer que no existe base para el impeachment” (juicio político con fines de destitución)… “Es imposible creer que por mi trayectoria política, por mi honradez, me resigno ante los que actúan con absoluta falta de respeto a la ley”, dijo el fin de semana.
El domingo, más de 1 millón de personas salieron a las calles en Brasil para exigir la destitución de la primera mandataria, que vuelve a enfrentar movilizaciones multitudinarias tras los interminables escándalos de corrupción que asolaron a su país.
A todas luces, la crisis política es grave. Pero la económica no lo es menos.
CLAVES
Inversión en picada
El mal año pasado hizo caer en 6.2% la producción de la industria brasileña. Además, entre otras cifras negativas para la economía del vecino país, hubo una contracción de 14.1% en las inversiones.
Recesión para 2016
Según diferentes proyecciones para este año, Brasil podría experimentar una recesión de cerca de 3.5%.
En 2015, la economía se contrajo en 3.8%.
Despidos y menor consumo
En 2015, las empresas recortaron sus planes de inversión y despidieron a más de 1,5 millones de empleados. El consumo de las familias decayó un 4%.
Corrupción en la gestión de Lula
Según el procurador Carlos Fernando dos Santos Lima, grandes constructoras acusadas de corrupción en Petrobras pagaron a Lula unos 8 millones de dólares.
Brasil El emergente
Esta economía, la principal en Latinoamérica, llegó a ser considerada una de las emergentes en el contexto mundial, con un crecimiento del PIB de 7.5% en 2010.
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