martes, 1 de agosto de 2017

Latinoamérica busca ayuda de Cuba para abordar la crisis en Venezuela



El domingo pasado, Juan Manuel Santos, el presidente de Colombia, viajó a Cuba en una misión para pedir el respaldo de La Habana con respecto a una iniciativa diplomática regional para poner fin a la creciente crisis en Venezuela, que ha dejado a 90 muertos después de casi cuatro meses de protestas.

La iniciativa, la cual supuestamente tiene el apoyo de Argentina y México, es polémica, pero potencialmente efectiva, ya que Cuba socialista es el aliado más fuerte de Venezuela y se sabe que sus servicios de inteligencia han asesorado a Nicolás Maduro, el asediado presidente venezolano.

"Santos es una de las pocas personas, quizás la única, que conoce bien a los tres actores importantes", dijo una persona con conocimiento de la situación. "Conoce a Maduro y a Venezuela, conoce a Raúl Castro y conoce a Donald Trump y al departamento de Estado de Estados Unidos".

La iniciativa diplomática surge en un momento crítico para Venezuela, conforme Maduro inicia movidas para reescribir la constitución del país (un miembro de la OPEP) para consolidar el control del partido socialista gobernante, instalando comunas estilo soviético. Un primer indicador del éxito de la diplomacia regional será si Maduro cancela la convención constitucional programada para el 30 de julio para crear la Asamblea Nacional Constituyente.

La oposición en Venezuela realizó un referendo simbólico el domingo pasado en contra de la convención, la cual, según las últimas encuestas, ha sido rechazada por tres cuartas partes de los venezolanos. La convención es considerada como un punto sin retorno para el país.

Los primeros informes han indicado que el referendo simbólico se estaba realizando en paz. Los activistas de la oposición publicaron fotografías en los medios sociales de las largas colas que se habían formado en las urnas improvisadas, no sólo en Venezuela sino en pueblos y ciudades a través del mundo, desde Australia y Malasia hasta Arabia Saudita e Italia, donde los venezolanos que viven en el extranjero también se unieron al voto.

“Si el referendo de la oposición provoca aún más… protestas… podría convencer a Maduro a retroceder", escribió el viernes pasado Risa Grais-Targow, analista de Eurasia, la consultora de riesgo. Pero "si Maduro realiza la votación el 30 de julio, representará un nuevo ápice en la actual crisis política del país. También pondrá a prueba la lealtad de las fuerzas de seguridad, ya que la oposición seguramente organizará protestas significativas en todo el país".

Santos ha colaborado estrechamente con La Habana, Washington y Caracas en los últimos seis años durante el proceso de paz con los guerrilleros en Colombia, pero su visita a Cuba, la cual era parte de una misión comercial programada, también es una señal de la creciente exasperación internacional con respecto a Venezuela.

En la reciente cumbre G20 en Hamburgo, el presidente Mauricio Macri de Argentina (respaldado por el primer ministro de España, Mariano Rajoy) imploró a los demás líderes que “tomaran nota de la situación en Venezuela, donde no se respetan los derechos humanos”.

La crisis en Venezuela ha drenado las reservas de divisas del país, según las cifras emitidas el viernes, que mostraron que las arcas del banco central habían caído a menos de 10 mil millones de dólares por primera vez en 15 años.

La caída de las reservas probablemente resucitará los temores de un impago de Caracas con respecto a sus deudas de este año. El Estado y Pdvsa, su compañía petrolera, deben pagos de interés y capital de 3,7 mil millones de dólares en el cuarto trimestre.

A pesar de la amplia preocupación con respecto a esta crisis, la mayoría de los países, salvo Brasil y Estados Unidos, no han implementado medidas concretas para abordar la situación. Washington ha impuesto sanciones financieras específicas sobre algunos funcionarios venezolanos y Brasil ha suspendido sus ventas de gas lacrimógeno al Gobierno de Venezuela.

El mes pasado, Rex Tillerson, el secretario de Estado estadounidense, dijo que Estados Unidos estaba compilando una “lista robusta” de otros individuos a los que se les podría imponer sanciones. Otra política estadounidense más extrema que se ha propuesto en Washington es la prohibición de la venta de petróleo venezolano al mercado de Estados Unidos.

Las refinerías estadounidenses han presionado a la Casa Blanca para que no incluya las importaciones de crudo en sus sanciones potenciales ya que Venezuela es el segundo proveedor extranjero más importante para la costa del golfo de Estados Unidos. Una prohibición de este tipo podría tener un impacto en los precios del combustible doméstico.

Cuba sería un aliado inusual en una iniciativa de paz venezolana mediada a nivel internacional, ya que sigue recibiendo petróleo subvencionado de Venezuela a cambio de servicios médicos. Las relaciones entre Cuba y Washington se han enfriado a raíz de la retirada de este último de las relaciones con La Habana en junio, en un intento del Gobierno estadounidense por obtener el apoyo de legisladores conservadores cubano americanos.

Sin embargo, La Habana podría ofrecer un refugio seguro para los funcionarios de alto nivel del Gobierno de Maduro, quienes al contar con asilo tal vez no vean la necesidad de luchar hasta el último momento.

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