martes, 29 de agosto de 2017

Próximo riesgo de una crisis económica se esconde a plena vista



Aveces la bomba de tiempo a punto de explotar está en los rincones del sistema que parecen aburridos y seguros.

Hace una década, pasé una noche en vela preocupándome por un contenedor de basura español. ¿La razón? El jueves 9 de agosto de 2007 los mercados financieros repentinamente se congelaron.

Debido a que yo estaba a cargo del equipo de mercados del Financial Times, pasé dos días tratando frenéticamente de identificar la razón del pánico. Nadie la sabía, pero ese fin de semana me desperté de repente en medio de la noche con una imagen de un contenedor de basura español en mi mente.

Un mes antes había asistido a una conferencia crediticia en Barcelona, donde leí folletos sobre una entidad poco conocida, y supuestamente segura, conocida como "vehículo de inversión estructurado" o SIV, por sus siglas en inglés. El material me había parecido extremadamente aburrido. Por eso, en el camino de vuelta a casa, arrojé los papeles en un contenedor de basura del aeropuerto y los olvidé, pero, de alguna manera, mi subconsciente sabía que había cometido un error. Así es que me desperté y me metí en línea para descubrir lo que había dejado en ese contenedor.

Al amanecer, ya me había dado cuenta de que esos productos de inversión ampliamente ignorados eran los principales responsables del misterio del mercado: los detalles eran complejos, pero, esencialmente, estos SIV contenían tóxicas hipotecas y estaban plagados de peligrosos desequilibrios entre activos y pasivos que habían causado pánico entre los inversionistas.

Hay una lección en esta diminuta porción de mi historia personal, conforme contemplamos lo sucedido en el pasado en este décimo aniversario del drama para evaluar lo que pasó.

En algunas ocasiones, los choques del mercado ocurren porque los inversionistas han asumido apuestas obviamente arriesgadas; sólo basta con considerar la burbuja tecnológica de 2001, pero otras crisis no involucran fondos de cobertura de alto riesgo o productos que son evidentemente peligrosos. Más bien, existe una bomba de tiempo a punto de explotar oculta a plena vista, en los rincones del sistema financiero que parecen tan aburridos, tan seguros o tan técnicamente complejos que tendemos a no prestarles ninguna atención.

En la crisis del mercado bursátil de 1987, por ejemplo, la bomba de tiempo fue la proliferación de las llamadas “estrategias de aseguramiento de cartera”, un producto que se suponía fuera aburrido porque parecía proteger a los inversores contra las pérdidas. En el choque del mercado de los bonos de 1994, los choques fueron el resultado de los “swaps” en las tasas de interés, las cuales habían sido anteriormente ignoradas porque, en ese momento, se les consideraban “geeky”.

En 2007 no sólo fueron los SIV los que sirvieron de desencadenante. Otro problema lo representaron productos como las obligaciones colateralizadas por deuda (CDO, por sus siglas en inglés) o las permutas de incumplimiento crediticio (CDS, por sus siglas en inglés), las cuales también habían sido ignoradas.

La buena noticia actualmente es que no parece que el sistema financiero se esté enfrentando a una amenaza inminente de que otra “aburrida” bomba de tiempo cause estragos. Los bancos occidentales están bien capitalizados, los reguladores están alertas, la economía global está creciendo y los bancos centrales están proporcionando apoyo monetario.

La mala noticia es que precisamente porque el sistema se ha vuelto tan tranquilo y tan cargado de dinero, existe despreocupación; y no sólo sobre los peligros de las apuestas claramente arriesgadas (como, por ejemplo, los bonos argentinos), sino también sobre los peligros de los activos “seguros”.

Consideremos el mundo de los fondos de inversión cotizados (ETF, por sus siglas en inglés). Este sector recientemente se ha disparado en tamaño: con más de 4 billones de dólares en activos gestionados a nivel mundial y cerca de 3 billones de dólares en Estados Unidos, eclipsa a los fondos de cobertura. Los ETF no suelen atraer mucha atención, ya que el sector, una vez más, parece ser “geeky” y aburrido.

Sin embargo, acarrean profundas consecuencias: Marko Kolanovic, un estratega sénior de JPMorgan, estima que los inversionistas pasivos y cuantitativos actualmente representan alrededor del 60 por ciento de la industria de gestión de activos de capital estadounidense, un aumento frente a menos del 30 por ciento hace una década.

Esto está cambiando los flujos del mercado de maneras potencialmente impredecibles que los inversionistas y los reguladores no entienden completamente, y produciendo algunos productos esotéricos. Este año, por ejemplo, los inversionistas se han precipitado hacia un abstruso ETF de “VIX Inverso” (el VIX es el índice de volatilidad del mercado de opciones de Chicago) que se beneficia de la baja volatilidad. Este ETF actualmente ocupa el lugar 34 entre los títulos accionarios más negociados del mundo (intercambiando manos con más frecuencia que las acciones de Chevron o Pfizer) y ha producido casi un 100 por ciento de rendimiento este año. Parece haber distorsionado las medidas de volatilidad este año, creando una impresión de calma, pero esas negociaciones VIX pudieran desencadenar un efecto látigo si el sentimiento cambia.

Consideremos los bonos del Tesoro. La mayoría de los inversionistas suponen que estos bonos son el pilar de las finanzas modernas libres de riesgo, y que los rendimientos de los bonos del Estado se mantendrán bajos durante mucho tiempo, pero hace tan sólo unos días Alan Greenspan, el expresidente de la Reserva Federal, advirtió que los precios de los bonos “están en una burbuja” y que “cuando las tasas de interés reales a largo plazo se eleven, es probable que se eleven considerablemente rápido”.

De ser así, esto pudiera generar algunas inesperadas reacciones en cadena en las carteras de bonos y derivados de los inversionistas, los bancos y las compañías de seguros. Y si el Congreso estadounidense no logra elevar el techo de la deuda este otoño (primavera para el hemisferio sur), provocando un impago técnico en algunos bonos del Tesoro, también pudieran surgir más ciclos de retroalimentación.

No me malinterpreten. No estoy argumentando que tales choques sean inminentes o probables, pero el punto clave es éste: si queremos evitar una repetición de lo sucedido en 2007, debemos seguir cuestionando nuestras suposiciones y mirando con detenimiento las partes del sistema que parecen “aburridas” y “geeky”.

Nuestros contenedores mentales a veces pueden albergar bombas de tiempo; particularmente cuando los inversionistas están embriagados con un auge de los precios de los activos.

7 puntos clave en la renegociación por el Tlcan

Después de meses de bravata, explosiones y febril cabildeo por parte de la industria para salvar el pacto de 23 años que sirve de base a cómo se hacen negociaciones en más de un cuarto de la economía global, los funcionarios llegaron a Washington la semana pasada para comenzar a renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan).

A continuación, se encuentran algunos temas importantes en las conversaciones del Tlcan.

1.- El reloj político sigue avanzando

Las tres partes han establecido un ambicioso calendario para las negociaciones con el objetivo de terminar las conversaciones a principios del próximo año. La razón principal de ese apremio es la política. Las elecciones mexicanas en julio de 2018 y las estadounidenses de mitad de mandato en noviembre de ese año juegan un papel preponderante. En particular, los funcionarios de Estados Unidos y México están preocupados por las encuestas que muestran al populista de izquierda Andrés Manuel López Obrador liderando la carrera presidencial. Si las negociaciones del Tlcan se retrasan, los funcionarios mexicanos temen que puedan verse envueltas en la campaña electoral, y los estadounidenses preferirían no negociar con López Obrador, quien ha acusado a Trump de conducir una “campaña de odio” contra México.

2.- Reducir el déficit

La administración de Trump ha convertido en su prioridad dominante el eliminar el déficit comercial anual de más de 60 mil millones de dólares con México durante las negociaciones. Eso concuerda con la misión del Trump de “Estados Unidos primero” para traer empleos de fabricación de vuelta al país. Pero no está claro cómo podría lograrse. La industria automotriz, que representa casi la totalidad del déficit, sostiene que los datos existentes distorsionan el comercio que ahora presencia automóviles y piezas cruzando la frontera, hacia y desde Canadá y México varias veces, y que es vital para su competitividad internacional. La preocupación mexicana es que Estado Unidos pudiera tratar de requerir que una cierta cuota de la manufactura se realizara dentro de Estados Unidos.

3.- Reescribir las “reglas de origen”

Cada acuerdo comercial contiene reglas que rigen la cantidad de producto que se necesita fabricar dentro de un bloque con el fin de calificar para los beneficios comerciales. La administración Trump ha calificado las “reglas de origen” del Tlcan como obsoletas, y argumenta que han contribuido a una migración de la manufactura a México. Ciertas personas dentro de la industria automotriz admiten que quizá sean necesarias algunas actualizaciones de las reglas para tomar en cuenta los nuevos componentes, como pantallas táctiles o baterías para automóviles eléctricos. Pero los líderes de la industria están luchando contra las propuestas para elevar el límite del 62,5 por ciento para los automóviles. Ellos argumentan que pudiera ser contraproducente para Estados Unidos porque el relativamente bajo 2,5 por ciento de arancel que Estados Unidos aplica a las importaciones de automóviles de fuera del Tlcan pudiera permitir a los fabricantes de automóviles salirse del acuerdo por completo.

4.- Camino hacia el “comercio regulado”

Un temor es que, en busca de una mejor balanza comercial, la administración Trump insista en imponer nuevas restricciones en la forma de un uso más extendido de las cuotas. Eso representaría un cambio hacia el llamado “comercio regulado”. Las cuotas ya son una característica del comercio dentro del Tlcan en el ámbito de los productos agrícolas sensibles, como el azúcar y los productos lácteos. Sin embargo, ir más allá en el Tlcan 2.0 pudiera ocasionar que cesen las conversaciones.

5.- Salarios más altos en México

Las tres partes han comenzado a describir la meta de las nuevas negociaciones como una “modernización” del Tlcan. Eso significa añadir capítulos sobre cosas como el comercio electrónico, pero la administración de Trump y los sindicatos estadounidenses también quieren que las nuevas normas laborales obliguen a subir los salarios en México y así reducir la ventaja de costos que atrae a las fábricas al sur de la frontera. México había aceptado nuevas reglas de salario mínimo como parte del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) que Trump desechó, y los sindicatos han argumentado que las reglas del TPP no fueron suficientemente estrictas.

6.- Disputa sobre resolución de disputas

Estados Unidos quiere desechar una característica del Tlcan conocida como el “Capítulo 19”, que permite a Canadá y México impugnar las medidas “antidumping” (contra la exportación de productos debajo del costo de producción) y otras medidas comerciales impuestas por Estados Unidos, pero ésa es una línea roja para Canadá, y la historia sirve de testigo de que es poco probable que Ottawa ceda.

7.- El riesgo político

Ni Canadá ni México ni la mayoría de los negocios de Estados Unidos querían reabrir el Tlcan. La principal razón (más allá de la economía) era el riesgo político, el cual aún persiste. Si se logra un acuerdo, no está claro si podrá sobrevivir una votación en el Congreso. Es casi seguro que los demócratas se opongan a cualquier cosa negociada por la actual administración, y muchos republicanos en pro del comercio también se sienten incómodos con algunas de las demandas de Trump.

China tiene más que perder en la confrontación con EEUU



El impacto inmediato de una guerra comercial entre Estados Unidos y China sería peor para Beijing, según un nuevo análisis de la exposición de las compañías multinacionales al mercado chino.

Tampoco los sectores de exportación de Estados Unidos y otros países desarrollados se verían significativamente afectados por una desaceleración económica en China, señala un informe elaborado por The Conference Board basándose en datos de exportación.

El grupo de presión corporativo con sede en Nueva York reveló que las exportaciones con valor agregado de Estados Unidos y la Unión Europea hacia China eran equivalentes a 0,7 por ciento y 1,6 por ciento, respectivamente, a las producciones económicas nacionales. Incluso en países vecinos, como Japón, la cifra era sólo 2,1 por ciento.

Las exportaciones de valor añadido de China hacia Estados Unidos, por el contrario, eran equivalentes a aproximadamente 3 por ciento de su producto interno bruto, lo que sugiere que Beijing tiene más que perder en cualquier enfrentamiento comercial con la administración Trump.

“Una guerra comercial entre Estados Unidos y China no parece ser una amenaza importante para la economía de Estados Unidos”, dijo Erik Lundh, un economista principal de The Conference Board.

Sin embargo, Lundh advirtió que los daños colaterales de una guerra comercial entre las dos economías más grandes del mundo serían considerables para ambas partes.

“Una guerra comercial entre Estados Unidos y China puede ser bastante dolorosa para Estados Unidos”, dijo, señalando que los consumidores estadounidenses serían afectados por la subida de los precios de los bienes importados.

La semana pasada, Steve Bannon, el polémico asesor político del presidente estadounidense Donald Trump quien fue destituido el viernes pasado, dijo que Estados Unidos y China están inmersos en una “guerra económica” en la que sólo puede haber un ganador.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de China respondió que ambas partes sufrirían en caso de un aumento de fricciones comerciales entre los dos países.

En su informe publicado el lunes de la semana pasada, The Conference Board desglosa los datos comerciales tradicionales que trata, por ejemplo, un tractor canadiense vendido en China como una exportación totalmente canadiense aunque fue parcialmente construido con componentes de origen estadounidense. Las cifras de The Conference Board en cambio cuentan los componentes estadounidenses del tractor canadiense como exportaciones estadounidenses a China.

Del mismo modo, los componentes procedentes de Corea del Sur y Taiwán para los iPhone hechos en China que finalmente se venden en Estados Unidos cuentan como exportaciones coreanas y taiwaneses a Estados Unidos.

El informe reveló que aunque las exposiciones directa e indirecta de las compañías multinacionales a todo (desde las políticas monetarias chinas hasta el turismo saliente) “se están intensificando en términos de alcance y magnitud”, desde una perspectiva comercial “el mundo, por lo general, depende poco de China”.

Las excepciones notables son las de Corea del Sur y los grandes exportadores de recursos naturales como Australia, cuyas exportaciones con valor añadido a China son equivalentes al 6,8 y 4,4 por ciento, respectivamente, de sus producciones económicas anuales. Beijing ha utilizado su poder económico sobre Seúl, en un intento de impedir el despliegue de un sistema antimisiles estadounidense.

Las cifras comerciales que capturan la complejidad de las modernas cadenas de suministro, haciendo un seguimiento del origen de los componentes en lugar de sólo los productos acabados, tienden a mostrar que los desequilibrios comerciales bilaterales son, a menudo, exagerados.

En marzo, The Conference Board calculó que, basado en exportaciones de servicios y mercancías con valor añadido, el déficit comercial estadounidense con China en 2014 era de 200 mil millones de dólares, casi la mitad del déficit de 360 mil millones sobre la base de datos comerciales tradicionales.

China es el mayor importador de alimentos y energía del mundo, con compras de aproximadamente el 20 por ciento de las exportaciones mundiales en ambos sectores. También es el cliente dominante para muchos pequeños países ricos en energía. En 2015, China compró del 40 al 90 por ciento del petróleo crudo producido por Congo, Angola, Omán, Yemen y Sudán del Sur.

miércoles, 9 de agosto de 2017

Ecuador vende su avión y autos por la crisis económica

“La situación económica requiere de medidas de austeridad”, la venta inmediata de los “automóviles de lujo del Gobierno” y la reducción del 10% en los salarios de los funcionarios de mayor nivel. Además se venderá el avión presidencial, dijo Lenin Moreno.



El expresidente ecuatoriano Rafael Correa tildó de “demagógicas e incompetentes” las decisiones de su sucesor, Lenín Moreno, luego de que éste dispusiera vender uno de los dos aviones presidenciales, inmuebles y automóviles de lujo en poder del Estado y bajar 10% el salario de altos funcionarios para capear la mala situación económica del país. Moreno dio a conocer estas medidas a través de un mensaje televisivo difundido la noche del lunes. Posteriormente, el mandatario agradeció “la comprensión de los servidores públicos de nivel jerárquico superior. Ustedes son los primeros en saber que su aporte para sortear la crisis es un gesto patriótico y solidario”. Argumentó que con el dinero que se recaude se impulsará su propuesta de campaña de construir 325.000 viviendas en cuatro años, más de la mitad sin costo para los futuros propietarios y el resto con una mínima cuota mensual. Moreno ha reconocido que la situación económica en que encontró el país es “crítica”, por lo que es necesario poner en marcha acciones de austeridad como la reducción del gasto público. Correa, quien actualmente vive en Bélgica después de gobernar Ecuador por más de diez años, replicó en Twitter: “¡Pura demagogia e incompetencia! Las medidas para enfrentar la crítica situación económica (en realidad, para pagar sus promesas de campaña y oscuros pactos políticos) es vender un avión presidencial, los “autos de lujo”, y los bienes de INMOBILIAR”. Además destacó: “que no sacrifiquen el avance del país por sus odios”, y cuestionó “¿cuándo empezarán a trabajar y se dejarán de mentiras y payasadas?... Recuerden: el cinismo, la traición y la mediocridad serán efímeros”. Correa, antiguo amigo de Moreno y compañero del partido de gobierno Alianza País, había dicho poco antes de dejar el poder que “la mesa queda servida” al destacar la buena marcha de la economía, pero según Moreno los hechos muestran algo diferente. Moreno asumió el poder el 24 de mayo para un periodo de cuatro años y todo apuntaba a que daría continuidad a la gestión de Correa, de quien fue vicepresidente, pero en las últimas semanas han surgido discrepancias y enfrentamientos a través de mensajes en redes sociales entre el exmandatario y el actual gobernante.

martes, 8 de agosto de 2017

China quiere un TLC con el Mercosur

El consejero económico y comercial de la embajada de la República de China en Uruguay, Zhou Quan, dijo ayer que el país asiático tiene “intenciones de negociar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Mercosur y Uruguay”..

Con respecto a la posibilidad de un TLC entre el gran país oriental y el pequeño suramericano, el diplomático destacó que “el Gobierno chino siempre tiene una actitud muy positiva y abierta para suscribir un tratado que pueda promover aún más nuestras relaciones comerciales y económicas con el Uruguay”.

“El tema es que Uruguay también es parte del Mercosur, entonces, dentro de ese bloque tiene que cumplir algunas condiciones o suscribir algunos documentos con ellos para posibilitar un TLC”, explicó Zhou Quan, quien participa de la apertura del Seminario “Cooperación Técnica y Económica de China y su política exterior”.

En relación con esta situación, el representante chino concluyó que existen dos posibilidades “o que se dé una negociaciones entre Mercosur y China o avanzar (un TLC con) Uruguay, pero con el respaldo de los otros países miembros”.

Por su parte, el director de la Región Asia, África y Oceanía del Ministerio uruguayo de Relaciones Exteriores, Alberto Fajardo, resaltó la posibilidad de un TLC al señalar que “el deseo de todos los socios del Mercosur es el de, eventualmente, firmar un acuerdo comercial con China”.

Fajardo, asimismo, dijo que en Uruguay hubo “el deseo de establecer y firmar un acuerdo de libre comercio (con China)”, pero que éste “se ha debido postergar un poco porque es un tema que va a haber que coordinarlo con nuestros socios en Mercosur”.

lunes, 7 de agosto de 2017

Desarrollo de la economía global se afianza



La economía global se mantiene en “buen camino” y afianza su recuperación, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), que mantuvo la previsión de crecimiento mundial del 3,5% en 2017 y del 3,6% en 2018.

La institución señaló, al actualizar el informe de abril sobre perspectivas de la economía mundial, que los datos de crecimiento del primer trimestre del año fueron superiores a los esperados, en especial en economías emergentes y en varias de la zona euro.

“La recuperación del crecimiento global que proyectamos en abril se mantiene con pie firme. No hay dudas acerca de que la economía mundial está ganando ímpetu”, dijo al presentar el documento el director de Investigación del FMI, Maurice Obstfeld.

De acuerdo con el FMI, los indicadores del segundo trimestre “apuntan al afianzamiento ininterrumpido de la actividad mundial”, en concreto mediante la expansión del comercio internacional y de la producción industrial, superior a las tasas de 2015 y 2016.

Aunque la proyección de crecimiento global para los dos próximos años supera el 3,2% estimado para 2016, el FMI señaló que éste es inferior a los promedios anteriores a la crisis, sobre todo en economías avanzadas y las emergentes exportadoras de materias primas. En conjunto, las economías avanzadas y las de mercados emergentes y en desarrollo se acelerarán en 2017 con una previsión del 2% y 4,6%, respectivamente, y se mantendrán en 2018 con un crecimiento del 1,9% y 4,8%, respectivamente.

Obstfeld destacó las mejoras en Japón, China, la zona euro y México, que compensaron la rebaja en Estados Unidos.

miércoles, 2 de agosto de 2017

Inversionistas extranjeros sostienen Brasil durante la recesión



Cuando la ejecutiva de propiedades israelí Mia Stark llegó a Brasil en 2013, la economía del país ya estaba comenzando su larga caída hacia lo que se convertiría en la peor recesión de su historia.

Impertérrita, la directora ejecutiva en Brasil del grupo israelí de centros comerciales Gazit Globe compró el control o las participaciones en siete propiedades ubicadas en lugares privilegiados de la ciudad más grande en el país más grande de Latinoamérica, invirtiendo 2 mil millones de reales (635 millones de dólares) en los últimos cuatro años.

Desde aquel entonces, Gazit ha dado un vuelco a las propiedades que controla, que van desde Light (un centro comercial histórico en el encantador pero un tanto 'duro' centro de la ciudad de Sao Paulo) hasta un centro comercial en el lujoso distrito de Morumbi, afirma Stark.

"Cuando llegamos a Brasil, no sabíamos a lo que nos íbamos a enfrentar", comentó Stark. A medida que la economía se deterioraba, disminuyendo más del 7 por ciento durante los últimos dos años, ella explicó que su equipo directivo había tomado una decisión consciente. "Nosotros dijimos: '¿Sabes qué? En lugar de negatividad, vamos a buscar oportunidades de negocios'".

Los sólidos inversionistas extranjeros de largo plazo como Gazit han sostenido a la mayor economía de Latinoamérica a medida que ha sufrido no sólo la recesión, sino uno de los períodos políticos más tumultuosos de su historia.

La expresidenta izquierdista del país, Dilma Rousseff, fue destituida el año pasado por violaciones presupuestarias, mientras que su sucesor, Michel Temer, ha sido acusado de corrupción. Temer está luchando contra los cargos, los cuales han amenazado con descarrilar un programa de reforma por parte de su gobierno centroderechista destinado a restablecer las reducidas finanzas públicas del país.

Sin embargo, los inversionistas extranjeros han continuado invirtiendo dinero en Brasil a pesar de estos retos. El país recibió 78,93 mil millones de dólares en inversiones extranjeras directas (IED) durante el pico de la recesión en 2016, la séptima entrada de capital más alta del mundo, según datos del Banco Mundial.

Los analistas dijeron que esta resiliencia (el banco central reportó que la IED neta durante los 12 meses previos concluyendo a fines de mayo fue de 80,7 mil millones de dólares) se debió en parte a las entradas netas en fusiones y adquisiciones.

Las empresas y los activos brasileños se volvieron más atractivos después de una depreciación del real (la moneda del país) frente al dólar a cerca de la mitad de su valor desde que alcanzara sus máximos en 2011.

Los accionistas y compañías locales también estaban interesados en deshacerse de activos, debido a las dificultades financieras ocasionadas por la recesión o debido a las investigaciones de corrupción. Estos activos fueron a menudo arrebatados por extranjeros.

"A fin de cuentas, en comparación con otros países, Brasil ha estado recibiendo una gran cantidad de IED durante un período de tiempo relativamente largo porque hay un montón de activos a la venta", señaló David Beker, el economista para Brasil de Bank of America Merrill Lynch.

La principal investigación de corrupción, conocida como Operación Lava Jato, ha forzado desinversiones de activos por parte de compañías que van desde la petrolera estatal Petrobras hasta la constructora Odebrecht, cuyos negocios han sido devastados por las acusaciones de que participó en estrategias de soborno político.

La siguiente compañía en la fila de venta de activos es JBS, la mayor empacadora cárnica del mundo, la cual está en el centro de las acusaciones de corrupción en contra del presidente Temer.

Según la compañía de datos Dealogic, las fusiones y adquisiciones brasileñas el año pasado alcanzaron 46,6 mil millones de dólares, de los cuales cerca de 37 mil millones fueron el resultado de las fusiones y adquisiciones realizadas por inversionistas del extranjero.

China fue la mayor fuente de inversión, con cerca de 12 mil millones de dólares en negocios (incluyendo una adquisición de 9 mil millones de dólares) de una compañía de electricidad (seguida por Estados Unidos y Canadá, cada uno con aproximadamente la mitad de esa cantidad).

"Algunos de los activos locales son baratos y muchos inversionistas que tienen una estrategia de mediano a largo plazo lo consideran una buena oportunidad para posicionarse o aumentar su existente presencia en la economía brasileña", comentó Alberto Ramos, un economista de Goldman Sachs.

Sin embargo, los economistas advirtieron que poco menos de la mitad del dinero reportado como IED eran préstamos interempresariales entre compañías en el extranjero y sus filiales brasileñas y beneficios reinvertidos.

Algunos de estos préstamos interempresariales fueron básicamente operaciones de divisas para aprovechar las altas tasas de interés reales de Brasil, mientras que otros pudieran haber sido para recapitalizar subsidiarias que luchaban con la recesión.

"Solamente entre 20 y 25 por ciento de las entradas de IED en Brasil representan inversiones 'greenfield' (totalmente nuevas), es decir, dinero para construir fábricas y puertos y aeropuertos", estimó Neil Shearing, el economista jefe de mercados emergentes en Capital Economics.

Según los inversionistas, la construcción de nuevos proyectos en Brasil sigue siendo, de hecho, tan difícil como siempre debido a la burocracia del país y a la volatilidad política. Incluso Stark de la compañía Gazit comentó que prefería evitar el desarrollo de sitios desde cero debido a los retos burocráticos, aunque lo haya hecho en ciertas ocasiones.

Más bien, su estrategia era mantenerse eficiente y concentrarse en cada oportunidad de negocios; su equipo de gestión de 20 personas ha crecido poco, aunque la compañía se ha ampliado en nueve veces en términos de sus activos durante los últimos años.

Su enfoque estaba en propiedades que tenían "grandes activos" pero que estaban mal gestionadas y ubicadas dentro de un radio de siete kilómetros del centro de Sao Paulo, un área que es el epicentro de la mayor economía del continente.

"Si piensas que eres más inteligente que los lugareños y que encontrarás oportunidades de negocios sencillas, estás en el lugar equivocado", declaró Stark. A lo que agregó: "Nada es fácil".

martes, 1 de agosto de 2017

¿Cómo afectará el vacilante liderazgo estadounidense al comercio mundial?-



Tras la conclusión de la cumbre del G20 hace 10 días, se ha hablado mucho sobre el aislamiento de Donald Trump y la pérdida del liderazgo estadounidense. Vale la pena analizar qué implicaciones podría haber para el futuro de los negocios globales.

La respuesta se halla predominantemente en el mundo del comercio y en los países que acaben estableciendo las reglas del comercio global. Hace dos semanas, vimos el destello de un posible futuro cuando la UE y Japón alcanzaron un “acuerdo político” sobre los contornos de un acuerdo comercial.

Ya que la administración Trump está consumida con los acuerdos existentes (ya sea la salida del Acuerdo de Asociación Transpacífico, TPP, o la renegociación de otros, como el Tlcan) en lugar de entablar nuevos acuerdos, veremos muchos más ejemplos como el acuerdo entre la UE y Japón. En otras palabras, se avecinan más acuerdos comerciales de los que Estados Unidos, la voz dominante en el comercio por más de 70 años, estará excluido.

La lista ya es larga. China quiere concluir la Asociación Económica Global Regional con los 10 países miembros de la Asean y otros países como India y Japón para finales de este año. Nueva Zelanda anunció la semana pasada planes para negociar un acuerdo comercial con los cuatro miembros de la Alianza del Pacífico, el bloque en pro del comercio más avanzado de América Latina. Un acuerdo entre la UE y Canadá entrará provisionalmente en vigor en septiembre. La UE, por su parte, está presionando nuevos pactos con Australia y Mercosur, un bloque que incluye a Argentina y Brasil, así como una actualización de un acuerdo existente con México.

La administración Trump tiene sus propios planes. Trump elogió lo que dijo que sería un “gran, gran acuerdo” con Reino Unido que se concretaría “muy, muy rápidamente” una vez que este último salga de la UE. Funcionarios de su administración también han estado presionando para concretar un acuerdo con Tokio tras la salida de Trump del TPP, aunque los funcionarios japoneses no tienen prisa.

Esto apenas es el comienzo. En el caso del acuerdo entre la UE y Japón, la realidad es que aún queda mucho por hacer (mi corazonada es que podría ser fácilmente 2020 antes de que cualquier acuerdo entre la UE y Japón surta efecto).

No obstante, es importante resaltar lo que está y no está consagrado en el acuerdo, sobre todo porque Shinzo Abe, primer ministro japonés, supuestamente expresó a los líderes del G20 que el pacto UE-Japón “será el modelo del orden económico del siglo XXI”.

El corazón del acuerdo ha sido descrito como un gran intercambio de “queso por automóviles”. En esencia, Japón ha acordado reducir las barreras a los productos agrícolas de la UE, como el queso y el vino, a cambio de que la UE elimine un arancel del 10 por ciento sobre los automóviles importados de Japón durante siete años.

La descripción es reduccionista y ligeramente injusta. Tokio también ha acordado reducir muchas de las barreras no arancelarias que hacen que los coches importados europeos sean más difíciles de comprar en Japón que los fabricados localmente. Si todo marcha según los planes, los consumidores japoneses comprarán más automóviles BMW (y quesos Gouda y vinos de Burdeos) incluso mientras que los europeos compren más coches Toyota (y posiblemente menos vehículos Ford).

El plan es también reforzar el papel de los estándares regulatorios europeos y japoneses en la economía global. Y eso debería generar sospecha entre los negocios que no son ni europeos ni japoneses. Hay dos áreas que aún no se han resuelto que destacan estas preocupaciones. La primera es la protección a la inversión. En los últimos años ha habido una reacción contra los poco transparentes paneles de arbitraje autorizados por muchos acuerdos de inversión para encargarse de resolver las disputas entre países e inversionistas extranjeros. Por ello, la Comisión Europea decidió impulsar la creación de un tribunal internacional de inversiones.

Japón aún no está de acuerdo y no está claro si alguna vez lo estará; Canadá optó por no aceptar la cláusula en su reciente pacto con la UE, pero si Tokio llega a estar de acuerdo, afectará cualquier futuro acuerdo comercial de la UE, incluido uno con Estados Unidos, y anunciará el probable fin de un sistema que los grupos empresariales mundiales han estado presionando durante décadas.

La segunda preocupación concierne a los flujos de datos. Los datos se han convertido en uno de los principales motores de la economía del siglo XXI. No sólo la información que se transfiere a los teléfonos inteligentes desde “la nube”; los datos son también los nuevos contenedores de carga. En la actualidad, las instrucciones para productos que podrían haber sido transportadas por barco o avión (como inyectores de combustible para motores e implantes dentales) se envían por correo electrónico a impresoras 3D en tierras distantes.

La garantía de la libre circulación de datos es algo que debe abordarse en los acuerdos comerciales modernos. Si se bloquean los datos en la frontera no sólo se bloquea la información, sino también los bienes industriales del futuro.

En una breve declaración conjunta que acompañó el anuncio de la semana pasada, la UE y Japón se centraron en la libre circulación de la información, llamándola un “principio fundamental”. También mencionaron la importancia de proteger la información personal y el respeto de la privacidad, lo que podría abrir la puerta a posibles obstáculos al comercio digital, tales como las reglas que exigen que los servidores se hallen dentro de los países. En ninguna parte reconocieron que los datos juegan un papel más amplio.

Esto contrasta con las cuasi universales reglas sobre el libre flujo de datos que Japón acordó con Estados Unidos durante las negociaciones del TPP. Y, por lo tanto, ofrece una visión diferente del futuro de la economía global que la que Estados Unidos impulsó en pasado muy reciente.

El liderazgo tiene privilegios. Perderlo tiene consecuencias. Cualquier negocio que en las últimas décadas haya dependido de Estados Unidos en la vanguardia de la economía mundial debería de entenderlo.

Latinoamérica busca ayuda de Cuba para abordar la crisis en Venezuela



El domingo pasado, Juan Manuel Santos, el presidente de Colombia, viajó a Cuba en una misión para pedir el respaldo de La Habana con respecto a una iniciativa diplomática regional para poner fin a la creciente crisis en Venezuela, que ha dejado a 90 muertos después de casi cuatro meses de protestas.

La iniciativa, la cual supuestamente tiene el apoyo de Argentina y México, es polémica, pero potencialmente efectiva, ya que Cuba socialista es el aliado más fuerte de Venezuela y se sabe que sus servicios de inteligencia han asesorado a Nicolás Maduro, el asediado presidente venezolano.

"Santos es una de las pocas personas, quizás la única, que conoce bien a los tres actores importantes", dijo una persona con conocimiento de la situación. "Conoce a Maduro y a Venezuela, conoce a Raúl Castro y conoce a Donald Trump y al departamento de Estado de Estados Unidos".

La iniciativa diplomática surge en un momento crítico para Venezuela, conforme Maduro inicia movidas para reescribir la constitución del país (un miembro de la OPEP) para consolidar el control del partido socialista gobernante, instalando comunas estilo soviético. Un primer indicador del éxito de la diplomacia regional será si Maduro cancela la convención constitucional programada para el 30 de julio para crear la Asamblea Nacional Constituyente.

La oposición en Venezuela realizó un referendo simbólico el domingo pasado en contra de la convención, la cual, según las últimas encuestas, ha sido rechazada por tres cuartas partes de los venezolanos. La convención es considerada como un punto sin retorno para el país.

Los primeros informes han indicado que el referendo simbólico se estaba realizando en paz. Los activistas de la oposición publicaron fotografías en los medios sociales de las largas colas que se habían formado en las urnas improvisadas, no sólo en Venezuela sino en pueblos y ciudades a través del mundo, desde Australia y Malasia hasta Arabia Saudita e Italia, donde los venezolanos que viven en el extranjero también se unieron al voto.

“Si el referendo de la oposición provoca aún más… protestas… podría convencer a Maduro a retroceder", escribió el viernes pasado Risa Grais-Targow, analista de Eurasia, la consultora de riesgo. Pero "si Maduro realiza la votación el 30 de julio, representará un nuevo ápice en la actual crisis política del país. También pondrá a prueba la lealtad de las fuerzas de seguridad, ya que la oposición seguramente organizará protestas significativas en todo el país".

Santos ha colaborado estrechamente con La Habana, Washington y Caracas en los últimos seis años durante el proceso de paz con los guerrilleros en Colombia, pero su visita a Cuba, la cual era parte de una misión comercial programada, también es una señal de la creciente exasperación internacional con respecto a Venezuela.

En la reciente cumbre G20 en Hamburgo, el presidente Mauricio Macri de Argentina (respaldado por el primer ministro de España, Mariano Rajoy) imploró a los demás líderes que “tomaran nota de la situación en Venezuela, donde no se respetan los derechos humanos”.

La crisis en Venezuela ha drenado las reservas de divisas del país, según las cifras emitidas el viernes, que mostraron que las arcas del banco central habían caído a menos de 10 mil millones de dólares por primera vez en 15 años.

La caída de las reservas probablemente resucitará los temores de un impago de Caracas con respecto a sus deudas de este año. El Estado y Pdvsa, su compañía petrolera, deben pagos de interés y capital de 3,7 mil millones de dólares en el cuarto trimestre.

A pesar de la amplia preocupación con respecto a esta crisis, la mayoría de los países, salvo Brasil y Estados Unidos, no han implementado medidas concretas para abordar la situación. Washington ha impuesto sanciones financieras específicas sobre algunos funcionarios venezolanos y Brasil ha suspendido sus ventas de gas lacrimógeno al Gobierno de Venezuela.

El mes pasado, Rex Tillerson, el secretario de Estado estadounidense, dijo que Estados Unidos estaba compilando una “lista robusta” de otros individuos a los que se les podría imponer sanciones. Otra política estadounidense más extrema que se ha propuesto en Washington es la prohibición de la venta de petróleo venezolano al mercado de Estados Unidos.

Las refinerías estadounidenses han presionado a la Casa Blanca para que no incluya las importaciones de crudo en sus sanciones potenciales ya que Venezuela es el segundo proveedor extranjero más importante para la costa del golfo de Estados Unidos. Una prohibición de este tipo podría tener un impacto en los precios del combustible doméstico.

Cuba sería un aliado inusual en una iniciativa de paz venezolana mediada a nivel internacional, ya que sigue recibiendo petróleo subvencionado de Venezuela a cambio de servicios médicos. Las relaciones entre Cuba y Washington se han enfriado a raíz de la retirada de este último de las relaciones con La Habana en junio, en un intento del Gobierno estadounidense por obtener el apoyo de legisladores conservadores cubano americanos.

Sin embargo, La Habana podría ofrecer un refugio seguro para los funcionarios de alto nivel del Gobierno de Maduro, quienes al contar con asilo tal vez no vean la necesidad de luchar hasta el último momento.

El argumento democrático para detener el Brexit



La campaña para detener el brexit está ganando impulso. La señal más obvia son los crecientes rumores sobre un segundo referendo. Por el momento, son principalmente los expolíticos, como Tony Blair y Nick Clegg, quienes han expresado su deseo de impedir que Reino Unido abandone la Unión Europea.

Los políticos actuales tienden a hablar de un "brexit suave". Para algunos, esto es simplemente un discurso conveniente, o un ensayo, para su objetivo verdadero: detener el brexit por completo.

La razón por la que los políticos que apoyan quedarse o "Remainers" siguen siendo tan cautelosos acerca de rechazar explícitamente el brexit es que les preocupa que esa postura parezca antidemocrática. A medida que la evidencia demuestra que el brexit será una mala noticia para la economía, los políticos que apoyan la salida o "Leavers", vuelven al argumento principal: "el pueblo ha hablado". Cualesquiera que sean los costos económicos, el brexit debe avanzar. Cualquier cosa menos sería un insulto a la democracia. Este argumento a veces va acompañado de terribles predicciones de agitación social si la voluntad del pueblo es frustrada por "los dirigentes políticos".

Si quieren tener alguna posibilidad de bloquear el brexit, los "Remainers" tienen que encontrar una respuesta al argumento de la democracia, pero eso será cada vez más fácil a medida que se evidencian las contradicciones en el proyecto del brexit.

La clave reside en el más famoso y petulante eslogan de Theresa May: "Brexit significa brexit". Esta declaración buscaba demostrar propósito y claridad. En realidad, era una tautología sin sentido que subrayaba el hecho de que el brexit podía significar muchas cosas.

La mayoría del 52 por ciento de los votantes que apoyaron el brexit fueron en realidad dos minorías votando por dos ideas incompatibles. La minoría más grande parece estar a favor del "brexit duro", que prioriza el control de la inmigración sobre el acceso al mercado único, pero una minoría sustancial de quienes apoyaron el brexit asigna una mayor prioridad al libre comercio que a los controles fronterizos. Estas dos minorías se convirtieron en mayoría porque la campaña de los "Leavers" convenció exitosamente a los votantes de que no había otra opción. Reino Unido podría tener un comercio sin fricciones con Europa, y al mismo tiempo detener la libre circulación de personas y los pagos a la UE.

Ahora, es obvio que esta visión de un brexit sin dolor era una ilusión. A medida que se aclaran las opciones reales, la pequeña mayoría pro brexit podría fácilmente desmoronarse. Esto es tanto más probable porque las encuestas de opinión han sugerido consistentemente que la mayoría de los votantes no están dispuestos a pagar un precio económico personal para asegurar el brexit.

Cuanto más evidente es que se está derrumbando la visión original de los partidarios del brexit, más insistentemente reclamarán que un segundo referendo sería antidemocrático, pero la concepción de la democracia de los Leavers es similar a la de un dictador del tercer mundo: "un hombre, un voto, una vez". En otras palabras, una vez que se ha tomado una decisión por referendo, no puede ser revocada.

Éste es un principio que nunca se aplicaría a la democracia electoral, donde es esencial que el consentimiento se renueve cada cinco años, como mínimo. Los referendos, se argumenta, son diferentes. Pero, ¿en realidad son diferentes? La única razón por la que está sucediendo el brexit es porque un referendo sobre la adhesión a la UE celebrado en 1975 se ha revertido en un segundo referendo celebrado en 2016.

Los partidarios del brexit sostienen que una nueva votación sobre la adhesión a la UE estaba justificada porque ésta ha cambiado fundamentalmente desde 1975, lo cual es justo. Pero el brexit que se le entregará al pueblo británico es muy diferente del que muchas personas apoyaron en el referendo. Si los cambios justificaron una segunda votación sobre la adhesión a la UE, ¿por qué estos nuevos cambios no validan una segunda votación sobre el brexit?

Algunos opositores de un segundo referendo rechazan la idea no porque sea antidemocrática, sino porque temen una reacción de los votantes que apoyaron el brexit. Hay una franja nacionalista violenta en Reino Unido que podría agitarse por un esfuerzo de revertir el brexit. Pero si el brexit se fuera a detener, sería a través de un proceso legal y democrático, no un golpe de estado. Y ninguna sociedad gobernada por la ley debe dejarse intimidar por la amenaza de la violencia.

El verdadero problema es si el público británico puede convencerse de que se necesita un segundo referendo. Al igual que con la independencia de Escocia, hay una comprensible repugnancia pública a reabrir un asunto divisivo. Para los que apoyan quedarse en la UE, el mayor riesgo es que los verdaderos costos del brexit no sean evidentes hasta después de que Reino Unido haya salido de la UE, y sea demasiado tarde para revertir la decisión.

Esto es ciertamente posible, tal vez incluso factible, pero seguramente habrá momentos reveladores en los próximos dos años que creen una clara demanda de una segunda votación. Un grave fracaso en las negociaciones con el riesgo de un brexit sin concesiones sería uno de esos escenarios. Otra sería una serie de concesiones que dejen claro que las promesas del brexit (como una inversión de 350 millones de libras esterlinas adicionales a la semana al Servicio Nacional de Salud) no se cumplirán.

También se puede confiar en la incompetencia y las luchas internas del actual gobierno de May para socavar la causa del brexit semana a semana. En cierto momento, el pueblo británico podría llegar a la conclusión obvia de que los partidarios del brexit tuvieron su oportunidad y fracasaron. Entonces será el momento de recuperar el control.

Debilitado, EEUU se halla solo



El mayor desafío que plantea la presidencia de Donald Trump no es que despliegue el poderío estadounidense contra el bien común mundial. Es que demuestra cuán débil se ha vuelto Estados Unidos.

Recordemos el discurso inaugural de Trump. La frase que ha resonado en todo el mundo es "Estados Unidos primero", pero la más significativa que usó es esa otra, más cerrada: "la masacre estadounidense". ¿Qué tipo de país se describe a sí mismo, en palabras de su más alto líder, no menos, en tales términos? No uno que se sienta fuerte.

Algunos estadounidenses tal vez no reconozcan las condiciones distópicas que su discurso describió, pero un enorme grupo seguramente sí lo hace. La decadencia estadounidense no es un producto de la imaginación de Trump. La economía de ese país ha dejado a un sinnúmero de personas con salarios estancados durante décadas. Es una economía en la que millones de personas menos tienen un empleo que en el pico del año 2000, y que todavía deja a decenas de millones sin un seguro médico aceptable.

Es una economía punteada de ciudades que estaban prosperando en tiempos de los cuales se tiene memoria, pero que han sido devastadas por la pérdida de empleos en las fábricas, perdidos porque la automatización hizo que las plantas fueran demasiado productivas para necesitar tanta labor humana como antes, o porque el fracasar en haber automatizado la producción las volvió poco competitivas frente a los rivales.

Sobre todo, es una economía en la que siglos de avance contra la mortalidad han dado marcha atrás en el caso de los estadounidenses de mediana edad de bajo nivel educativo, quienes están muriendo de las aflicciones de unas vidas destrozadas y de unas comunidades descompuestas: sobredosis de drogas, enfermedad hepática y suicidio.

Un profundo cambio económico también ha afectado a otras economías avanzadas, pero los otros países no han dejado que la globalización se interponga en su gestión. Estados Unidos es débil no porque ha sido excepcionalmente burlado por los extranjeros de una edad de oro en los trabajos de fábrica, sino porque ha fracasado en crear un futuro próspero para todos a nivel doméstico.

Por lo tanto, el despotricar de Trump en contra de Washington no carece de fundamento. La disfunción económica ha sido acompañada durante mucho tiempo de una gobernanza claramente inadecuada. La devastación de la crisis financiera global (la cual fue, en esencia, una crisis financiera estadounidense insospechada por su sistema regulador) siguió a la enorme incompetencia del manejo de George W. Bush del huracán Katrina y de su aventurerismo en Irak.

El discurso de Trump en Polonia antes de la cumbre del Grupo de los 20 (G20) fue la versión internacional de su discurso de la "masacre estadounidense". El Presidente lo presentó al mundo occidental como mortalmente amenazado por las fuerzas destructivas debido a la decadencia dentro de sí mismo de la misma manera en la que había presentado a Estados Unidos como un país en decadencia a merced de los corruptos líderes durante su discurso inaugural.

Pero si bien puede que Trump sea un exaltado profeta de la decadencia estadounidense, él está equivocado acerca del mundo más amplio. Si otros países occidentales muestran una silenciosa confianza ante Trump, es porque tienen razones para hacerlo. Su impenitente globalismo es sorprendente. La reconsagración de Canadá a su destino globalista coincide con su ambiciosa bienvenida de refugiados. Europa y Japón están creando una de las áreas de libre comercio más grandes del mundo. La Unión Europea (UE) se ha comprometido a no retirarse de la globalización y más bien plasmarla en sus valores de solidaridad. Japón está liderando al resto de los despreciados socios del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) del que Trump se ha retirado, en un esfuerzo por completar la liberalización del comercio sin la participación estadounidense.

¿Qué lecciones podemos obtener de este contraste? Primero, que hay que tomar en serio la teatralidad del populismo. El populismo, paradójicamente, mezcla el machismo con un enfoque incesante en la debilidad, pero achaca la debilidad a elementos que deben ser expulsados, dando carta blanca a los verdaderos representantes del pueblo.

Segundo, que esto empeora el problema que los populistas prometen resolver. Profundiza las divisiones existentes y paraliza la política democrática. Para los líderes con aspiraciones totalitarias, puede que eso sea parte de un plan. Para otros, es simplemente una profecía autocumplida. No hay que ir más allá del ejemplo de Reino Unido, una nación que ha actuado basándose en una creencia equivocada de que su fuerza ha sido socavada por el orden liberal global (en la forma de la UE), sólo para arrojarse a un verdadero desorden político y a la indecisión.

Tercero, que no cabe duda de que el enfrentamiento entre populismo y globalismo es teatral, pero es un teatro de lo grotesco que expresa la realidad tergiversándola. Los que más tratan de proyectar fuerza son aquellos con la mayor debilidad doméstica que ocultar. Los líderes de los países armoniosos no tienen necesidad de presumir.

Cuarto, que es en los países donde la desintegración social y económica al estilo estadounidense es más visible en los que el orden liberal global es más controvertido: sobre todo Reino Unido, pero también Francia e Italia. El resto del Occidente debe redoblar esfuerzos para mejorar las protecciones sociales que han mantenido la decadencia bajo control por ahora.

Alemania es de especial importancia: sus reformas laborales hace 15 años han producido un preocupante aumento de la desigualdad y del trabajo precario. No debe repetir los errores de Estados Unidos.

Por último, el orden liberal global está representado por más que Estados Unidos. Sus restantes partidarios aspiran a continuar colectivamente forjando la unidad de propósito que Estados Unidos no puede ni siquiera lograr domésticamente. Hace unas décadas, eso habría sido impensable. Hoy en día, puede que simplemente sea cierto que el aislacionismo estadounidense será más perjudicial para el propio Estados Unidos.

El presidente estadounidense solía ser considerado como el líder del mundo libre. Los amigos occidentales de Estados Unidos están descubriendo que ya no pueden depender de él, pero el cambio verdaderamente transformador es que posiblemente descubran que ya no necesitan hacerlo, y que Estados Unidos necesita al mundo más que al contrario.

Estados Unidos impone sanciones personales contra Nicolás Maduro

El Tesoro de Estados Unidos anunció sanciones financieras contra el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, un día después de la elección para la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).


Las autoridades norteamericanas indicaron que la medida fue tomada por la “ruptura del orden constitucional” en el país caribeño. En su comunicado, el Tesoro califica a Maduro como un “dictador que ignora la voluntad del pueblo”. “Las elecciones ilegítimas de ayer (domingo) confirman que Maduro es un dictador que ignora la voluntad del pueblo venezolano”, indicó el secretario del Tesoro, Steven T. Mnuchin, al anunciar que todos los activos del mandatario “sujetos a la jurisdicción de Estados Unidos están congelados”. Asimismo, en su texto adelanta que “cualquiera que participe en esta Asamblea Constituyente ilegítima podría estar expuesto a futuras sanciones de EEUU”. El presidente Donald Trump había advertido la última semana estas sanciones, si el mandatario chavista seguía adelante con la Constituyente. Según la Casa Blanca, ese órgano “aspira ilegítimamente a usurpar el papel constitucional” del Congreso elegido en diciembre de 2015 y dominado por la oposición, así como “reescribir la Constitución e imponer un régimen autoritario”. La semana pasada, el gobierno de Trump sancionó a 13 funcionarios chavistas. Entre ellos, Tibisay Lucena, presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE). /Infobae

Cae más el peso argentino



La incertidumbre política y los ajustes aceleran la caída de la moneda del vecino país, que tiene una gran colonia boliviana desde hace varias décadas. La divisa argentina, que comenzó el mes pasado en una tasa de cambio de 16,25 pesos, se situó el viernes en 17,99 pesos. Eso significa una depreciación de 10.70 %.

La incertidumbre política en Argentina por la cercanía de elecciones y los ajustes llevados a cabo por el Gobierno están acelerando la caída del peso frente al dólar estadounidense, según los expertos consultados por EFE.

La divisa argentina, que comenzó el mes pasado en una tasa de cambio de 16,25, se situó el viernes en 17,99, lo que supone una depreciación del 10.70%. Ayer el peso cerró en 17,90.

La mayoría de economistas entrevistados señala como una de las principales causas la proximidad de las elecciones primarias y legislativas (que se celebrarán este mes de agosto y octubre, respectivamente), y que podrían marcar un punto de inflexión en la línea económica que siga el país.

El presidente Mauricio Macri ha hecho bandera de la “vuelta al mundo” del país, en alusión a la apertura a los mercados internacionales, y para defender su política en numerosas ocasiones reiteró que la vuelta al pasado que supondría el retorno del kirchnerismo (2003-2015) provocaría escepticismo entre los inversores que se plantean llegar al país.

En este “marco de incertidumbre”, como lo define Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la Nueva Economía de la Universidad de Belgrano, los inversores adoptan un perfil más conservador y apuestan por el dólar.

Aún más contundente es Ramiro Castiñeira, de la consultora Econométrica, quien afirma que en los próximos meses la evolución del peso va a estar “sujeta” a las encuestas.

En cualquier caso, la caída de la divisa del país austral en periodos electorales no es un fenómeno nuevo, y se suele repetir cada vez que los argentinos son llamados a las urnas.

Por su parte, el economista y consultor Pablo Tigani atribuye una mayor responsabilidad a las políticas de ajuste del gobierno presidido por Macri. Tigani apunta a la llamada “bicicleta financiera”.

Eso significa que ante el creciente déficit fiscal, el Gobierno emite deuda a corto plazo en pesos, con unos intereses muy atractivos para los inversores, que tras obtener rentabilidad abandonan al poco tiempo el país.

Además, la lucha de Macri contra la inflación se ha centrado en mantener los tipos de interés en niveles muy altos, una medida que tiene la contrapartida de afectar a la economía, y por tanto a los ingresos.

Las reformas de la nueva Administración provocaron también déficit comercial, que se suma al componente estacional (las exportaciones argentinas se concentran históricamente en el primer semestre), por lo que tiene lugar una menor entrada de divisas.

Sin embargo, los analistas más coincidentes con el Gobierno restan importancia las últimas caídas del peso, y recuerdan que en el acumulado del año la subida del dólar era menor a la de la inflación; un nivel que la divisa estadounidense tiende, al menos, a igualar.

En este sentido, Fausto Spottorno, de la consultora OJF, ve la reciente escalada del billete verde principalmente como un “proceso de acomodación”, y desde su punto de vista, el riesgo político juega un papel menos relevante, aunque sí influye aportando una mayor volatilidad al mercado de divisas.

CLAVES

Otro factor

No “emergente”

También influyó que el banco de inversión Morgan Stanley el mes pasado no concediera a Argentina la categoría de “mercado emergente”, al contrario de lo que esperaba el Gobierno, y que mantuvo alejadas potenciales inversiones extranjeras.

Respuesta

Banco Central

La actitud de este Ejecutivo ante la depreciación de la moneda nacional está siendo distinta de la de los anteriores, ya que por primera vez el Banco Central deja flotar el peso incluso en medio de un proceso inflacionario.

¿Reversión?

La única opción

Solo una intervención del Banco Central podría revertir la caída del peso, una opción que, aunque no sea del agrado del Gobierno, pocos se atreven a descartar, especialmente en periodo electoral.

Analistas

Hay consenso

El consenso de los analistas espera que la pérdida de valor del peso continúe, si bien las previsiones van desde el “suave deslizamiento” que sugiere Beker hasta los 22-25 pesos por dólar que pronostica Tigani en el futuro próximo.

Depósitos en dólares

Los argentinos depositan a menudo sus ahorros en moneda estadounidense, como modo de mantenerlos a salvo de la inflación, y la variación de las divisas constituye con frecuencia un asunto de interés nacional.