miércoles, 15 de mayo de 2013

HALLAZGOS CLAVES - II

• Las principales economías de la región lideran el impulso de las cadenas de valor de energía limpia, desde instituciones financieras y productores de equipos, hasta diseñadores e implementadores de proyectos. Brasil es el único país con una cadena de valor completa para al menos dos tecnologías de energía limpia (biocombustibles, y biomasa y residuos). México va encaminado a convertirse en el primer país con cadenas de valor completas para energía eólica y solar. Si bien es poco probable que países más pequeños puedan desarrollar cadenas de valor completas, podrían jugar un papel clave en llenar un espacio actualmente vacío para producir material especializado. 
• Entre 2006 y 2011, Bloomberg New Energy Finance registró un total de $90.000 millones en inversiones en energía limpia en América Latina y el Caribe. Brasil atrajo cerca del 80% del total de los fondos comprometidos. Sin embargo, el Climascopio no clasifica a los países en cifras absolutas; en cambio los países son clasificados según la importancia de las inversiones en energía limpia para su economía en general. En ese contexto, cuando se tiene en cuenta su producto bruto interno (PBI), el gran tamaño de la economía brasileña convierte en irrelevantes los $70.000 millones comprometidos a energías limpias. Aun así, Brasil ocupa el segundo puesto en esta categoría, sólo por detrás de Nicaragua. Este último y otros países de Centroamérica emergen como líderes en el Climascopio, consiguiendo las mejores puntuaciones por inversión en energía limpia relativas a la actividad económica. Centroamérica, en especial Guatemala, Costa Rica y Honduras, también experimentaron la tasa compuesta de crecimiento económico en cinco años para inversiones en energía limpia más alta. 
• La mayoría de los proyectos del Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) en América Latina y el Caribe se encuentran en Brasil y México. Como consecuencia de ello, ambos países recibieron la puntuación más alta en el parámetro que analiza las actividades que gestionan los gases de efecto invernadero de la región. La alta presencia de compañías multinacionales en estos países es una posible razón para explicar su éxito en este sector. Por su parte, Panamá es el país que obtuvo la mejor puntuación en lo que se refiere al desarrollo de proyectos para reducir las emisiones de carbono, un indicador del éxito que ha tenido el país en la reducción de sus emisiones mediante la capitalización de la venta de créditos de carbono. Es evidente que es necesario impulsar un nuevo acuerdo internacional sobre carbono, fortalecer las políticas locales, o ambos, para estimular una mayor actividad.

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