Lo primero que ven los viajeros al aterrizar en el aeropuerto de Brasilia son gigantescos carteles publicitarios para la serie televisiva estadounidense "House of Cards", cuyo personaje principal es un operador político llamado Frank Underwood.
Uno de los carteles muestra una cita de Underwood: “Hay un error que casi todos cometen: escoger el dinero sobre el poder”.
Sin embargo, en una capital que ha visto mucha intriga política en este año, al menos un político ha demostrado que no necesita lecciones de Hollywood sobre el maquiavelismo: el presidente Michel Temer.
El viernes pasado, el líder brasileño sobrevivió un juicio en la corte electoral de Brasil, una de las pruebas más críticas que ha enfrentado desde que asumió su cargo el año pasado tras la destitución de Dilma Rousseff, la expresidenta de izquierda.
La decisión de la corte, conocida como el Tribunal Supremo Electoral (TSE), se trataba de un caso de larga data que comenzó antes de la destitución que acusó a la campaña de 2014 de Rousseff de haber utilizado fondos ilegales. Si la corte hubiera decidido a favor del caso, Temer, quien se había postulado como su vicepresidente, hubiera sido destituido de su cargo. Sin embargo, la corte, que cuenta con siete jueces, dictaminó 4-3 que no tenía suficiente evidencia para anular la fórmula Rousseff-Temer.
“Es un gran alivio para el Presidente y le dará la oportunidad de planificar sus siguientes pasos”, dijo Thiago de Aragão, director de Arko Advice, la consultoría de estrategia política.
Sin embargo, Temer aún enfrenta una investigación potencialmente devastadora y (según los analistas) una batalla para mantener su gobierno de coalición y el ímpetu de su ambicioso programa de reformas diseñado para ayudar a rescatar la economía más grande de América Latina de la peor recesión en su historia.
El mes pasado salió a la luz una grabación que presuntamente muestra al Presidente discutiendo sobornos con Joesley Batista, el multimillonario exdirector del gigante cárnico JBS.
Como parte de una negociación de cargos con ejecutivos de esa empresa, la policía filmó al congresista Rodrigo Loures, uno de los antiguos asesores especiales de Temer, recibiendo una maleta llena de dinero de la compañía. Se ha especulado que Loures, quien está encarcelado, podría acceder a una negociación de cargos a cambio de una sentencia reducida. Temer ha negado todos los alegatos.
Los analistas también han pronosticado que la oficina del fiscal general podría presentar cargos contra Temer en la Suprema Corte, pero con la constitución de Brasil, un presidente en ejercicio no puede ser enjuiciado si la denuncia no es aprobada por dos tercios de la Cámara de Diputados.
Este posibilidad destaca la importancia para Temer de mantener su coalición en el congreso. La ruptura potencial más seria podría surgir del PSDB (el partido pronegocios que es el socio principal de su partido gobernante PMDB en la coalición) cuyos miembros están cada vez más nerviosos con respecto a las acusaciones en contra de Temer. “El PSDB siente que ha perdido demasiado capital político al apoyar a Temer y que no ha recibido nada a cambio”, dijo Carlos Melo, analista político de Insper, una universidad de negocios en São Paulo.
Para los inversores, el factor más importante es qué le va a suceder al programa de reformas de Temer, lo cual incluye su propuesta para reformar el insostenible sistema de pensiones del país. “Necesitamos impulsar la reforma de las pensiones”, dijo Arthur Maia, un aliado de Temer y relator del proyecto de ley en la cámara baja. “Brasil necesita estas reformas independientemente de quién sea el presidente”, añadió.
Aunque la decisión del TSE ha dado un respiro al presidente, Temer va a necesitar todas sus habilidades estilo "House of Cards" para sobrevivir, aseveran los analistas.
La decisión ya ha tenido un impacto. La mayoría de los jueces, incluyendo dos nombrados recientemente por Temer, decidieron ignorar evidencia clave de una investigación de corrupción política de Petrobras, la compañía petrolera estatal, y de Odebrecht, uno de sus contratistas.
En un ámbito político tan cargado, esto podría agriar la opinión pública. “La crisis de legitimidad que ha devastado nuestro sistema político aparentemente se ha extendido al sistema judicial”, escribió Oscar Vilhena Vieira, un abogado, en una columna en el periódico, Folha de Sao Paulo.
Pero hasta sus enemigos políticos admiten que hay pocos que conocen Brasilia como Temer. El político de 76 años de edad ha sido el presidente de la cámara baja de congreso tres veces.
“La coalición gobernante no ha abandonado a Temer porque no tienen a otro político que tenga su capacidad para articular una estrategia en el congreso”, dijo la senadora Gleisi Hoffmann, líder nacional del opositor Partido de los Trabajadores (PT) en el senado.