Con una puntuación de 2,20 en el parámetro de Marco Propicio,
Colombia quedó en tercer lugar. Obtuvo una buena puntuación
en los tres indicadores que componen la categoría de políticas
y regulación. La asombrosa tasa de crecimiento de su capacidad
de producción de biocombustibles ha elevado su rendimiento
general en lo que se refiere a la penetración de energías limpias.
La capacidad de 850 millones de litros de biodiesel del país
es modesta en comparación con Estados Unidos y Brasil. Sin
embargo, el país ha superado triplicar la producción desde 2008
gracias a la exitosa implementación de un marco de políticas
relativas a los biocombustibles, que establecen una mezcla del
7% para biocarburantes, tanto para etanol como para biodiesel.
Desde el año 2002, se han implementado una serie de incentivos
fiscales, como las exenciones de impuestos para generadores
eólicos y de biomasa y una exención de tasas a la importación
de equipo para las actividades que generan créditos de carbono.
A pesar de impulsar un número limitado de políticas, Colombia
recibió una nota promedio de 2,9 sobre 5 en el indicador de políticas
de energías limpias gracias a su marco regulador en torno
a los biocombustibles.
Aproximadamente el 4% de los 13 GW de capacidad de potencia
instalada de Colombia es renovable. Sin embargo, las instalaciones
de energía limpia crecieron un 12% entre 2009 y 2010. La tasa de crecimiento de generación real creció a un ritmo aún más
rápido (14%) y ascendió a 2.543 GWh en 2010, una cifra ligeramente
superior a la de México, una economía mucho más grande.
Colombia es la quinta mayor economía de la región en términos
de PIB, pero no ofrece las condiciones más atractivas para inversiones
en energía limpia debido a su baja tasa de crecimiento
de demanda de electricidad y a los bajos precios de esta, tanto
a nivel minorista como a nivel mayorista.
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